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La incertidumbre condiciona el crecimiento económico

Felisa Becerra Benítez

Economista

Sobre mi

Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Málaga. Máster en Economía Aplicada por la UNED y cursos de doctorado del programa Análisis Económico y Economía Cuantitativa de la Universidad de Málaga. Actualmente, desempeña su labor profesional en el área de Coyuntura de la sociedad de estudios Analistas Económicos de Andalucía.

Las amenazas proteccionistas, el Brexit, las tensiones geopolíticas y las vulnerabilidades en las economías emergentes, principales riesgos a la baja para el crecimiento mundial

31 Oct 2019

5 Min de lectura

Los últimos datos publicados muestran que el crecimiento económico mundial se está debilitando, lo que ha llevado a los principales organismos internacionales a revisar a la baja las previsiones de crecimiento del PIB para 2019 y 2020. Las tensiones comerciales están provocando un descenso en las transacciones, lo que está afectando sobre todo al sector manufacturero, disminuyendo las exportaciones de mercancías del conjunto de países del G20 casi un 2% en el segundo trimestre de este año, con descensos aún más elevados en el caso de Reino Unido o Alemania.

 

Precisamente, la economía alemana es una de las que ha mostrado una ligera contracción del Producto Interior Bruto (PIB) en el segundo trimestre del año, moderándose también el ritmo de crecimiento tanto en el conjunto de la Eurozona como en EE.UU. o Japón. En este contexto, la previsión de crecimiento del PIB para este año es ahora bastante inferior a lo que se estimaba hace año y medio, coincidiendo con el recrudecimiento de las tensiones comerciales y las amenazas proteccionistas.

 

Revisión a la baja de las expectativas de crecimiento económico para 2019 y 2020 

 

Estas amenazas proteccionistas, junto a la incertidumbre relacionada con el proceso del Brexit, la posibilidad de una desaceleración de la economía china mayor de lo esperada o un repunte del petróleo representan los principales riesgos a la baja para el crecimiento mundial. Sin embargo, también es cierto que el consumo privado continúa apoyando el crecimiento y que las últimas decisiones de política monetaria deberían contribuir a frenar esta desaceleración.

 

En este sentido, las últimas previsiones de la OCDE señalan que el PIB mundial podría crecer un 2,9% este año, tres décimas menos de lo previsto el pasado mes de mayo, lo que supondría el crecimiento más bajo desde 2009. También para 2020 se ha revisado a la baja el crecimiento previsto, en este caso en cuatro décimas, hasta el 3,0%. Esta revisión ha sido generalizada, aunque en el caso de Europa las mayores revisiones afectarían a Alemania y Reino Unido.

 

La economía española crece a mayor ritmo que los países de nuestro entorno

 

En España, el PIB continúa creciendo a un ritmo superior al de las principales economías europeas, si bien es cierto que los últimos datos publicados ponen también de manifiesto una ralentización en el crecimiento de la producción y del empleo. Así, el PIB viene creciendo a tasas en el entorno del 0,5% desde principios de 2008 (0,4% entre abril y junio de este año), registrándose una variación interanual del 2,0% en el segundo trimestre, dos décimas inferior al del primer trimestre.

 

La demanda nacional está registrando un menor dinamismo que en trimestres anteriores, como consecuencia tanto del menor crecimiento del consumo de los hogares como de la inversión. No obstante, esta menor aportación al crecimiento se está compensando, en parte, con una mayor contribución positiva del saldo exterior neto, dado que las exportaciones están creciendo a mayor ritmo que en los primeros meses del año, mientras que las importaciones están disminuyendo, algo también relacionado con la desaceleración de la demanda interna. En cuanto a la oferta, los servicios y la construcción mantienen un elevado crecimiento, en tanto que la industria y el sector agrario registran una trayectoria menos favorable.

 

Desaceleración algo más intensa de lo estimado hace unos meses 

 

Teniendo en cuenta esta evolución de la primera mitad del año, el crecimiento de la economía española en el conjunto de 2019 podría situarse en torno al 2%, algunas décimas por debajo de lo estimado antes del verano, cuando los organismos nacionales e internacionales revisaron al alza las expectativas de crecimiento para este año.

 

En concreto, las últimas proyecciones del Banco de España, de mediados de septiembre, señalan un crecimiento del PIB para 2019 del 2,0%, cuatro décimas inferior al estimado el pasado junio, en tanto que para 2020 se prevé un crecimiento del 1,7%, 0,2 p.p. inferior al previsto hace tres meses. El menor dinamismo del consumo privado y la inversión, afectados por el deterioro del contexto exterior y las incertidumbres, explicarían en parte esta revisión. También se moderará el crecimiento del empleo en el horizonte de previsión 2019-2021, de forma que la tasa de paro podría situarse a finales de 2021 por debajo del 13%.

 

Pero no toda esta revisión puede achacarse a la información conocida más recientemente, sino que también es consecuencia de la revisión de las series de la Contabilidad Nacional, publicadas por el Instituto Nacional de Estadística a mediados de septiembre. De hecho, el Banco de España estima que 0,2 p.p. de la revisión de crecimiento del PIB para 2019 se deberían a la incorporación de las nuevas series de la Contabilidad, que, en esta ocasión, incluyen una revisión extraordinaria (cada cinco años) al margen de la habitual. En todo caso, los riesgos para las perspectivas de crecimiento económico se orientan a la baja.

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